y de la última noticia aparecida en prensa sobre el derrumbe de un edificio en Lleida.
No es la primera vez que nos
despertamos con noticias como esta: “el derrumbe de un edificio ha costado la
vida a…….”, “el desprendimiento de la cornisa de un edificio de viviendas,
recientemente reformado, ….”
Tratamos inmediatamente de forma
inercial de buscar responsables en primer término, causas en
segundo lugar y por último con fuerza tratamos de justificar cómo podría
haberse evitado el siniestro y más aún si ha sucedido alguna desgracia personal.
Ante noticias de esta índole y
como responsable de una empresa cuyo objetivo y fin es velar por la salud de
los edificios, que es además velar por la salud de las personas que los
habitan, respondo a estas cuestiones inmediatas de forma que sirvan para
cambiar o mejorar….
- Responsables, si los hay valoraremos su intencionalidad o negligencia cuando demos respuesta a las otras que en principio nos parecen más interesantes.
- Causas, aquí si es importante hacer el máximo esfuerzo, porque del resultado del análisis consolidaremos la formación técnica del equipo de cité, arquitectos, arquitectos técnico e ingenieros, y podremos crear protocolos de actuaciones preventivas para otras situaciones de riesgo de las mismas características.
Si es posible además, trataremos
con urgencia de tomar las medidas preventivas que nos garanticen la seguridad
ciudadana.
Las causas hay que tener en cuenta que pueden ser de diferente índole y por lo tanto las respuestas han de ser concretas:
1. Falta de Mantenimiento
En situaciones extremas cuando el
propietario se escuda en su precaria situación económica, nuestra respuesta es
siempre la misma, la situación puede empeorar si además ustedes se quedan sin
vivienda. Poner los medios necesarios para que esto no suceda es una tarea de
mucha responsabilidad que corresponde al Arquitecto y que pasa por asumir una
respuesta concreta que resuelva la problemática del edificio en función de las
posibilidades de sus propietarios, y siempre con la colaboración e implicación
de los propietarios, sin ésta nada es posible.
El Arquitecto es para los propietarios de los Edificios el “Médico de Cabecera” que diagnostica y receta, si es necesario pide otras pruebas
complementarias, análisis, radiografías, etc, [en el caso de los edificios
catas, pruebas de observación de lesiones en el tiempo, informes concretos
sobre la estabilidad de la estructura o el comportamiento de otros sistemas
constructivos…] o nos envía al especialista y este a su vez describe las
actuaciones necesarias según su criterio y especialización.
Esto es lo que todos sabemos que
necesitamos para nuestros Edificios, y que
cité pone a disposición de los
propietarios y usuarios, mediante un Plan de Mantenimiento específico para cada
tipo de Edificio, por grande y por pequeño que sea, con un Técnico de Cabecera, que de forma continua y programada vele por la
Salud de los Edificios.
Lo más importante es tener una
visión global del Edificio, de su uso, del comportamiento de los sistemas
constructivos y de sus instalaciones. A partir de ahí podemos prevenir y
programar las actuaciones que fueran necesarias para reestablecer las
condiciones de seguridad y salubridad óptimas, así como las que sean
recomendables de mejora.
La visión global del Edificio por un técnico competente y cualificado,
es más que la suma de las respuestas concretas a cada una de las partes del
mismo.
2. Falta de precaución por intervenciones en
Edificaciones colindantes o de urbanización próximas al Edificio
Los
Técnicos de Cabecera de Cité se encargan de velar por la seguridad de aquellos
Edificios de los que se le ha encomendado su gestión para el mantenimiento, y
una de nuestras responsabilidades es controlar que cualquier situación de las
descritas en este apartado, se llevan a cabo con las necesarias medidas de
seguridad.
3. Situaciones imprevistas, incontroladas e
inevitables
Las Normativas que hacen
referencia a la seguridad de las Edificaciones, se han ido adaptando y
actualizando, dependiendo del tipo de edificación y de su ubicación geográfica,
por lo que tenemos constancia de que las situaciones de riesgo por agentes
atmosféricos, climatológicos y catástrofes naturales, se han minimizado.
Sin embargo hay situaciones
imprevisibles e incontrolables que en ocasiones puntuales nos llevan a catástrofes
naturales en las que la causa exime de responsabilidades a cualquier agente
implicado en el proceso constructivo y por lo tanto a la posibilidad de que se
hubieran podido evitar.
Otras muchas edificaciones, por
la falta de Mantenimiento en la mayoría de los casos, han perdido sus
condiciones iniciales de comportamiento estructural, condiciones térmicas,
condiciones de salubridad, etc. siendo el resultado de la suma de todas ellas,
una situación de riesgo grave para el edificio que ya no mantiene las
condiciones iniciales y que por lo tanto ante situaciones imprevistas no darán
la respuesta inicialmente esperada.
La reflexión inevitable para
cualquier ciudadano pasa por sentirse responsable de cuidar su edificio, que no
se limita a su vivienda, ni en concreto a los problemas que le afectan a él de forma
particular.
Lo que ha sucedido ya no se
puede evitar, pero podemos evitar finales indeseados con actuaciones
preventivas.
La presencia de un Técnico de Cabecera en cada edificio es la
respuesta, que además sea independiente de cualquier empresa de mantenimiento,
constructora, de reformas o instaladora, para poder defender los derechos de
nuestros clientes, que son los propietarios de los Edificios y para los que hay
que buscar la respuesta más eficiente.
Estamos a su disposición para
poder comentar, informar o simplemente para poner a su disposición una
reflexión inevitable, ¿por qué no tengo un libro de mantenimiento de mi
edificio y si que lo tengo de mi coche, lavadora, friegaplatos…?
No nos lamentemos por lo que no
hemos hecho…., nunca es tarde para empezar a preocuparnos de la Salud de nuestros Edificios que es la nuestra.
María Jesús Llanos Gallegos
Arquitecta.
Directora Ejecutiva de CITÉ
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